Dejar de pagar el seguro de salud puede parecer la solución más rápida si la cuota ha subido o ya no te interesa. Pero es un grave error que te puede salir muy caro. Como tu asesor de confianza, mi deber es evitar que caigas en esta trampa. Te voy a explicar las consecuencias reales de devolver el recibo y por qué nunca debes hacerlo. ¡Presta atención, que esto es serio!
¿Qué pasa realmente cuando devuelves el recibo del seguro?
Cuando firmas un seguro de salud, estás firmando un contrato con una duración anual que se renueva automáticamente. Dejar de pagar la prima no cancela ese contrato. Es exactamente igual que un contrato de alquiler o de telefonía: no puedes cancelarlo simplemente dejando de pagar.
Al devolver el recibo, lo que realmente estás haciendo es incumplir tu parte del acuerdo. La aseguradora seguirá considerándote su cliente, pero un cliente que tiene una deuda. Y, por supuesto, te reclamará ese dinero.
Las consecuencias reales de no pagar: un problema que crece
El problema no desaparece al devolver el recibo; al contrario, empieza a crecer. Estas son las fases por las que pasarás, y ninguna es agradable:
- Te quedas sin cobertura: desde el momento en que dejas de pagar, pierdes el derecho a usar el seguro. Si necesitas ir al médico, tendrás que pagarlo de tu bolsillo, a pesar de seguir teniendo una deuda con la compañía.
- La reclamación de la deuda: la aseguradora te reclamará el pago de la prima anual completa, no solo del mes que has devuelto. Empezarán con llamadas y cartas amistosas.
- Inclusión en ficheros de morosos: si la reclamación amistosa no funciona, la compañía puede incluir tus datos en ficheros de solvencia como ASNEF o EQUIFAX. Esto es un problema muy serio que te impedirá pedir un préstamo, una hipoteca, una tarjeta de crédito o incluso contratar una línea de móvil.
- La vía judicial: como último recurso, la aseguradora puede llevarte a juicio a través de un proceso monitorio. Es un procedimiento rápido donde, si no pagas, un juez puede embargar tus bienes o parte de tu nómina para saldar la deuda, a la que además se sumarán los intereses y las costas del juicio.
Como ves, un problema que empezó con un recibo de 50€ o 100€ puede convertirse en una bola de nieve de miles de euros y muchos quebraderos de cabeza.
Impago del primer recibo vs. recibos siguientes
Esta es una duda muy frecuente y la ley aquí hace una pequeña distinción. Aunque mi consejo sigue siendo el mismo, es bueno que conozcas los matices.
Si nunca llegas a pagar la primera cuota, la aseguradora tiene dos opciones. Puede exigirte el pago por vía judicial o, lo más común, puede dar por roto el contrato. Podrías pensar que así tienes solucionado el problema, pero no es cierto. La compañía deja constancia de tu impago y lo más probable es que te ponga en una lista negra del sector, dificultando enormemente que otras aseguradoras te acepten en el futuro. Te conviertes en un cliente de riesgo.
Si dejas de pagar un recibo que no sea el primero entonces se aplica todo lo que te he contado antes. El contrato ya está en vigor y la cobertura activa. El impago te deja sin cobertura pero con la deuda intacta. La compañía te dará un plazo de gracia de un mes para que te pongas al día. Si no lo haces, el contrato queda suspendido y la maquinaria de reclamación de deuda se pone en marcha.
”Pero es que la compañía me ha subido el precio sin avisar…”
¡Cuidado! Esta es la única situación en la que la ley te da una salida, pero tienes que hacerlo bien. La aseguradora está obligada a comunicarte cualquier subida de precio con dos meses de antelación al vencimiento de la póliza. Si no lo hace, o si te avisa fuera de plazo, tienes derecho a cancelar tu seguro.
Pero eso no significa que puedas dejar de pagar. Lo que debes hacer es enviar una comunicación fehaciente (un burofax) oponiéndote a la renovación por esa subida no notificada correctamente. Dejar de pagar, incluso en este caso, te meterá en el mismo lío que te he explicado antes.
La única forma correcta de cancelar tu seguro
Si quieres terminar tu contrato, solo hay una manera legal y segura de hacerlo: comunicarlo por escrito a la compañía con, al menos, un mes de antelación a la fecha de vencimiento. Te lo explico todo paso a paso en mi guía sobre cómo dar de baja un seguro de salud.
Si el problema es que tu seguro se ha vuelto muy caro o ya no te convence, no tomes una mala decisión. Llámame antes de hacer nada. Analizamos juntos tu situación y buscamos una alternativa mejor y más económica. Mi trabajo es darte soluciones, no que te metas en problemas.
Preguntas frecuentes sobre dejar de pagar el seguro
¿Cuánto tiempo tiene la aseguradora para reclamarme la deuda?
▲La ley establece plazos para la prescripción de deudas, pero son largos. En el caso de los seguros, la compañía tiene varios años para iniciar una reclamación. No pienses que por no recibir noticias en unos meses el problema ha desaparecido.
Si dejo de pagar, ¿puedo contratar un seguro en otra compañía?
▼Probablemente no. Las aseguradoras comparten información y, si tienes una deuda con una, es muy posible que las demás te rechacen o te pongan muchas trabas para contratar una nueva póliza. Lo primero es solucionar tu situación anterior.
Devolví el primer recibo del seguro, ¿el contrato nunca empezó?
▼¡Ojo con esto! Aunque no pagues el primer recibo, el contrato se considera perfeccionado desde el momento en que lo firmas. La compañía puede reclamarte igualmente el pago de la prima anual o anular el contrato, pero dejará constancia de tu impago, lo que puede afectar a futuras contrataciones.
¿Puedo negociar la deuda con la aseguradora?
▼Si la deuda ya está generada, a veces es posible llegar a un acuerdo de pago o una quita parcial, sobre todo si lo gestionas antes de que vaya a la vía judicial. Sin embargo, no hay ninguna garantía. Mi consejo es que evites llegar a esa situación a toda costa.